Ante la actual situación de la clase obrera en Grecia, de desgaste político del Estado
burgués y de actividad proletaria en la calle, hemos de analizar la actuación
del KKE y de su proyecto estratégico y táctico para demostrar una vez más que el movimiento
“insurreccionalista” dentro del Movimiento Comunista Internacional en los
países más industrializados, que es donde podría tener más acierto, está
acabado.
En el último período hemos
visto como la clase obrera griega sale en defensa de sus derechos ante el
ataque de la burguesía nacional griega y de la imperialista alemana, francesa y
americana. Sin embargo, dentro del pueblo empieza a surgir un hartazgo de este
camino cortoplacista y no liberador y es común ver como los sectores más radicales
del proletariado empiezan a plantear una ofensiva contra el Estado capitalista.
La táctica del KKE es la
de llamar continuamente a la Huelga General a los trabajadores con vistas a una
futura insurrección proletaria que instauraría una dictadura del proletariado.
La estrategia es por tanto la de la insurrección armada que constituya la
instauración del poder proletario.
Es por tanto que debemos
analizar detalladamente que significa esta estrategia y si en su aplicación
práctica es correcta o no. Una estrategia errónea chocará inevitablemente
contra el muro de la realidad.
Las posiciones
“insurreccionalistas” del MCI entienden que el poder burgués se debe derribar y
construir sobre sus cimientos el poder proletario. Por tanto, lo que en
realidad proponen es la incapacidad de la existencia de ambos poderes al mismo
tiempo.
Hay que entender que no
existe poder si no es a través de su aplicación dictatorial de clase,
esto es, que un nuevo órgano democrático del proletariado no se constituirá
en poder mientras sus decisiones no se apliquen. Y de ahí que no exista, in
extremis, para los “insurreccionalistas” la existencia de dos poderes
al mismo tiempo.
La insurrección vista
desde esta parte oportunista de derechas del MCI cree que para la constitución
del Estado Proletario es necesario vencer de una sola insurrección al Poder
Burgués. Plantean entonces, tergiversando a Marx, que no se puede jugar al
insurreccionalismo, que no se puede hacer la Revolución hasta que las
condiciones estén maduras para un único asalto vencedor del Proletariado.
La negación a una
prolongación de la Guerra Civil Revolucionaria por parte de los
“insurreccionalistas” desarrolla posicionamientos totalmente
contrarrevolucionarios de contención de la lucha de clases, aludiendo a que las
condiciones todavía no están listas. No llamarán a la constitución del Poder
Proletario, de su efectiva aplicación de
sus decisiones, hasta que este no actué destruyendo al Poder Burgués de una
vez.
La ley del desarrollo
desigual en la economía capitalista nos hará comprender, en la relación
dialéctica entre las bases materiales y el desarrollo consciente del
proletariado, que una insurrección no puede salir triunfante en todas partes en
un mismo territorio. El desarrollo de las condiciones objetivas para la
emancipación del proletariado no son las mismas en todos los puntos de una
misma geografía, aunque las condiciones objetivas en España estén ya más que
maduras. Así como el desarrollo del sector consciente y de la capacidad
revolucionaria del proletariado para la toma del poder no será el mismo
tampoco. Estos dos aspectos se desarrollan dialécticamente en contradicción
constante, pero no tiene por qué coincidir que donde peores condiciones
objetivas tenga el proletariado sea donde sea más revolucionario. Lo que sí se
demuestra con la ley de desarrollo desigual es una capacidad revolucionaria del
proletariado distinta según la geografía.
Sólo en aquellos lugares
donde el Partido Comunista exista, y por tanto, existan una masas proletarias
con actitud revolucionaria más consecuente es donde se podrá instaurar el Nuevo
Poder Proletario, desarrollado sobre las nuevas estructuras democráticas
proletarias al margen del Estado Burgués, y que necesitará inevitablemente de
su imposición frente al viejo poder, en un proceso de violencia revolucionaria.
Esperar a que las
condiciones de la lucha de clases estén maduras para el triunfo de la
revolución en todas partes es renunciar de facto a la propia Revolución.
Mientras tanto, el KKE
sigue llamando a la lucha sindical en la calle y en la respuesta en el
Parlamento. El proletariado griego, contenido en su actitud prerrevolucionaria,
es traicionado por un partido que dice defenderlos. Podemos decir que la
actitud del KKE es social-pacifista, llamando a la lucha de clases de palabra
pero desarrollando la conciliación con la burguesía de facto. Tildando a
aquellos sectores radicales del proletariado que piden dar un paso hacia
adelante, posición justa donde las haya, de aventuristas y de
contrarrevolucionarios, cuando no de fascistas. Sin embargo el KKE no puede ir
más allá de sus posicionamientos tácticos, de su práctica economicista, ya que
su posición estratégica es la sesgada y contrarrevolucionaria visión del “insurreccionalismo”.
Esta posición “insurreccionalista” podría ser justa en aquellos momentos en
los que la burguesía imponía una dominación ideológica menos fuerte sobre el
proletariado, y cuando el proletariado disponía de referentes ideológicos
netamente revolucionarios. En la época de los años 30 del siglo XX el
insurreccionalismo suponía una posición en los países más industrializados para
la toma al asalto en un momento de ofensiva histórica, y con una prolongación
de la Guerra Civil Revolucionaria muchísimo más corta.
Ahora bien, debemos
estudiar cómo el proletariado debe ser capaz de imponer su nueva dictadura.
Para ellos debemos estudiar como se constituye el Partido Comunista de Nuevo Tipo.
El Partido Comunista no es
sólo la existencia de un destacamento ideológico o práctico dentro del seno de
la clase proletaria. El Partido Comunista es una suma de organizaciones de
clase que sólo está constituida cuando el proletariado pasa de ser clase en sí
a clase para sí, esto es, cuando se constituye el propio proceso Revolucionario,
cuando el proletariado impone su dictadura.
Entonces, para la
constitución del Partido Comunista no es sólo necesaria la existencia del
destacamento ideológico del proletariado, también la existencia de la
vanguardia práctica de éste, así como de amplias masas del proletariado
organizadas y dispuestas a la aplicación de la violencia para la imposición de
su Poder Político. Por tanto, no es sólo necesaria la existencia de un germen
del Poder Proletario, sino una herramienta para imponerse al burgués, un Frente
Militar Revolucionario.
Deben darse todas estas
condiciones para la existencia del Partido de Nuevo Tipo.
Si el sector consciente no
está lo suficientemente avanzado no conseguirá ganar la batalla ideológica y no
se ganará para sí al destacamento práctico y, por tanto, las masas no tendrán
un referente, un Programa de emancipación como clase oprimida dentro del
capitalismo.
Si en su práctica el
destacamento práctico erra y no consigue traer tras de sí a las masas menos
avanzadas conscientemente, entonces no conseguirá el establecimiento de ningún
proceso revolucionario ni conseguirá dar aportes prácticos al destacamento
ideológico para pulir la teoría a través de la realidad objetiva.
Las organizaciones menos
conscientes del proletariado son en realidad las que confrontan la justeza de
las decisiones del que se está conformando como Partido Comunista, pero que aún no existe porque no
ha aplicado la condición definitiva, su palmaria muestra de existencia, su
dictadura revolucionaria.
Y finalmente, si no se
aplican las decisiones de la Dictadura
del Proletariado a través de su Frente Militar Revolucionario, no existe Dictadura de
Proletariado ni Partido Comunista.
Es por tanto que el
Partido Comunista sólo existirá en algunos puntos de la geografía, mientras en
otros el proletariado, en cualquiera de su suma de organizaciones, no habrá
alcanzado la capacidad consciente tal para la imposición de su Poder. Y por
tanto se hace necesaria la aplicación de su Poder sólo en algunas zonas, esto
quiere decir, de la constitución de dos Poderes antagónicos y enfrentados a lo
largo del territorio, o lo que es lo mismo, el desarrollo de una Guerra
Civil Revolucionaria.
El tiempo que dure esta
Guerra Civil Revolucionaria lo determinarán las condiciones objetivas y
subjetivas de la guerra. Pero la existencia como tal de esta es una prueba
palmaria de que el Proletariado ya ha tomado el Poder, aunque sólo en algunas
zonas, y por tanto de la existencia de un Partido Comunista y de condiciones
para la emancipación del proletariado.
Esta Guerra es necesaria
para la instauración completa del sistema socialista en el territorio por las
razones que hemos dado, y por el hecho de que la burguesía española no
renunciará a aliarse con otras burguesías imperialistas para la reinstauración
del antiguo régimen.
Abandonamos con este
posicionamiento sobre la concepción del Partido uno de los grandes defectos que
acompañan al MCE y al MCI durante siglos, la concepción organicista del Partido.
Ninguno de los
destacamentos existentes en el MCE se puede actualmente considerar únicamente
como una de las distintas gradaciones de lo que constituirá el Partido
Comunista, ya que en algunos momentos actuará como destacamento ideológico para
el MCE, en otros como destacamento práctico del proletariado, y en infinidad de
ocasiones como las propias masas proletarias.
Lo que nos debe hacer
avanzar es el ser conscientes de cómo se crea el Partido Comunista y avanzar en
el desarrollo de los destacamentos actuales para la conformación de lo que hoy
se demuestra como más necesario, el desarrollo del destacamento ideológico para
poder dialécticamente desarrollar las otras gradaciones del Partido y crear en
un proceso iterativo, de aportación de las distintas gradaciones hacía arriba y
hacia abajo, el Programa que dé al
proletariado su verdadera referencia política, esto es, cómo se emancipará como
clase, como ejercerá su dictadura
de clase para desaparecer como tal.
REVOLUCIÓN PROLETARIA
Yo se que el presente griego es de una pobreza absoluta con un gran peso del desempleo, la fuga de capitales ósea un verdadero caos economico.
ResponderEliminarCreo que las condiciones objetivas se dan para una gran ofensiva revolucionaria, que no se cuestiones subjetivas no es un hecho seguro, pero las relativas si se dan, por tanto, intentaría una insurrección de las masas más proclive y me echaría a la calle todos los días.
http://juan.rojo1917.blogspot