A
continuación presentamos un artículo que nos ha hecho llegar el
camarada Alejandro B., y en el que se retrata la situación política
de la UJCE. Coincidimos por entero con el análisis del camarada: la
organización juvenil del PCE cabalga entre el reformismo
“institucional”, que hace indistinguible su programa de proyectos
con más proyección social, Podemos o Ganemos; y una verborrea
pretendidamente “radical” pero que no va más allá de su
planteamiento general, esto es, entender la reforma como medio de
“construir” la revolución.
El
estrecho camino de la UJCE
El desarrollo actual de la lucha de
clases, con la crisis política que vive el Estado español y
con el desembarco de Podemos, está constriñendo hacia la derecha a
una organización ya de por sí situada en la derecha más
recalcitrante del movimiento comunista en España. Estamos hablando
de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), que hasta
ahora ha podido hacer convivir en su organización, y a nivel
interno, ideas que coquetean con el sindicalismo-insurreccionalismo,
entendido muy genéricamente como medio para destruir
violentamente el Estado burgués; con una práctica decididamente
“parlamentarista” y que coloca a las instituciones en el centro
de la actividad política de la organización. La posibilidad de que
estas dos ideas convivan nace de que son complementarias, ya que el
sindicalismo-insurreccionalista parte de la
acumulación pacífica de fuerzas, lo que no
viene nada mal para que Izquierda Unida (IU), su herramienta
institucional, obtenga apoyo electoral. Y para argumentar ante
los jóvenes militantes sobre la necesidad de trabajar por y para las
organizaciones que participan del Estado capitalista.
Volviendo al tema de inicio, la
urgencia que está viviendo Izquierda Unida en el contexto de crisis
política, debido a su implicación en el entramado de la clase
dominante, desde los pactos del 78 hasta el gobierno de Andalucía o
su implicación en casos de corrupción tan sonados como las tarjetas
opacas, provoca que la UJCE necesite -para socorrerla- mostrar su
cara más conciliadora con las instituciones burguesas y dependiente
de IU y constriña a su militancia más “radical” provocando, en
ese sector que pretende conciliar el reformismo con esa suerte de
promesa insurreccional, la fuga política, aun sin horizonte
concreto.
La
estrategia de la UJCE
La situación que describíamos en
las primeras líneas del artículo, la crisis política, es observada
por la UJCE como la apertura de un “marco de excepcionalidad
histórica” que posibilitará pasos decisivos para “la toma del
poder”. La crisis que viven los partidos que representan los pactos
del 78 -o mejor, la crisis del bipartidismo, como dice la
dirección de la UJCE para librar a IU de la quema- y la respuesta de
las clases populares hacen que para la UJCE se estén
cumpliendo los síntomas de las crisis revolucionarias, es decir; que
los de arriba no pueden seguir viviendo como antes y que los de abajo
tampoco quieren seguir viviendo como antes. Lo que inocentemente
olvidan estos camaradas es que la respuesta de esas clases
populares, desde las movilizaciones masivas que hemos vivido los
últimos años hasta el proyecto político que representa Podemos,
tienen el único objetivo de volver a integrarse en las alianzas
del Estado mediante un “nuevo” estado de bienestar.
Lo curioso de su inocente olvido es que el trabajo de la
UJCE no se está centrando en ganar a esas clases populares para
la revolución proletaria sino precisamente en empujarlas hacia ese
“nuevo” marco de alianzas estatales. Ahí es donde entra en juego
su consigna estrella: “Por una salida social a la crisis”.
La simple mención de estos
objetivos no revolucionarios sino de reforma hace que se comprenda
por qué hasta Podemos puede tener un papel fundamental para
lograrlos. El problema (dentro del esquema de “acumulación de
fuerzas” de la UJCE) es que al no disponer de ningún horizonte
revolucionario, cada vez más militantes de UJCE -así como del
PCE/IU- que se conforman con la dictadura de la burguesía no vean
motivo para permanecer en sus organizaciones y pasen a las filas de
Podemos.
La plataforma desde la cual
pretenden impulsar esa salida social a la crisis
es Ganemos, una iniciativa electoral municipalista en la cual
participan IU, Equo y círculos municipales de Podemos y que no
pone en cuestión el sistema de dominación, sino que realiza el
esfuerzo de reengancharse al orden existente. La UJCE está
apostando todo en esta plataforma electoral y la actividad de sus
militantes se pretende que tenga por núcleo participar en sus
asambleas. El papel de la UJCE es -y sin ningún rubor- canalizar los
“movimientos sociales” en dicha plataforma. Es decir, la labor de
esta organización “marxista-leninista” es pretender
encauzar la actividad de la clase en las instituciones burguesas, a
través de un “programa mínimo de consenso” sostenido sobre las
demandas de aquellos movimientos sociales y que en ningún caso ponen
en cuestión las relaciones sociales de clase existente.
En su afán por justificar desde su
particular visión del marxismo esta política de reformas, la UJCE
plantea, en según qué círculos, que su trabajo es revolucionario
porque desde la conquista del “poder institucional” y su unión
con el “poder popular” (los movimientos de reforma) se hará una
nueva constitución como base para una progresiva “transformación
social”. Así la revolución se convierte descaradamente en un
proceso gradual de reformas sociales y no en un proceso “gradual”
de construcción del movimiento revolucionario sobre unas bases
ideológicas y políticas diferentes a las marcadas por el dogma de
la democracia y el parlamentarismo burgués.
El trabajo dentro de las
instituciones burguesas pasa entonces de ser una manera de hacer ver
a un sector de las masas que las instituciones burguesas no pueden
atender a sus necesidades vitales (1), a ser la piedra angular desde
la cual se abordará el proyecto “revolucionario” ¿Cómo va a
conseguir la UJCE extirpar los prejuicios democrático-burgueses de
las masas si han calado con incluso mayor eficacia en su propia
organización? A lo máximo a lo que puede aspirar (y que dudosamente
conseguirá) es a ganar unas elecciones generales y desde ahí llevar
a cabo una serie de reformas que poco o nada tienen que ver con la
revolucionarización de la humanidad hacia la sociedad sin clases.
La
forma jurídica de Ganemos
Uno de los síntomas que muestra los
distintos intereses de los participantes en Ganemos es la forma
jurídica que va a adoptar con respecto a las elecciones municipales:
Para Podemos, Ganemos es (o puede
ser, ya que parece que se empiezan a declinar por la no participación
en ella) una marca con la que pueden permitir a sus bases participar
en las elecciones municipales sin peligro a que se les escape de las
manos una posible participación de los círculos en municipios que
no tienen controlados. La forma jurídica por la que apuesta este
sector es la agrupación de electores, que se trata de una
asociación temporal que se realiza exclusivamente para unas
elecciones en concreto y que se disuelve al finalizar éstas. Es
decir, que no constituye una organización ni entidad jurídica sino
que representa la unión individual de los ciudadanos. El círculo de
Ganemos Córdoba ya ha adoptado esta fórmula, tal vez porque los
sectores más cercanos a la pequeña burguesía prefieren una
participación más individualizada en la política.
Por otro lado, para Izquierda Unida
Ganemos es la última esperanza que le puede permitir subirse al
carro de Podemos y no desaparecer como tal, por lo que la fórmula
que necesita es la coalición electoral, que daría un poco de
aire a la formación al seguir permitiendo el disfrute de unas
subvenciones, ya que es la otra principal diferencia con respecto a
la agrupación de electores. Y, tal vez porque la aristocracia obrera
tradicional está más acostumbrada al corporativismo, participando
en grupos diferenciados que disputan cotas de poder, Izquierda Unida
no participará en Ganemos Córdoba al haber escogido la primera
fórmula, ni en ningún otro Ganemos que la adopte. Lo mismo podemos
decir en cuanto a la UJCE, que no romperá con Izquierda Unida en
caso de que Ganemos adopte la primera fórmula, pese a que la UJCE
concibe IU como su herramienta. Y es que aquí es donde se
muestra cada vez más quién es la herramienta de quién. Cuando una
herramienta no funciona o está acabada, como es el caso de Izquierda
Unida, lo lógico es que la UJCE la abandonase en caso de no ser útil
para realizar su estrategia en Ganemos. Pero vayamos un poco más
allá; ¿En qué le beneficia a la UJCE que IU se implique en Ganemos
si lo único que arrastra es desconfianzas y recelos por tantos casos
de corrupción en los que se ha visto implicada? Sencillamente en que
IU sería el perfecto apoyo dentro de Ganemos para lograr los
deseados asientos en los ayuntamientos y disfrutar de los beneficios
económicos que eso supone, que parece el fin último de la
organización, ya que políticamente no han conseguido ningún
resultado, ni para la revolución proletaria ni para defendernos del
capital, en las décadas que lleva apalancada en las instituciones
burguesas.
Pero volvamos al inicio: resulta que
la histórica oportunidad de tumbar el capitalismo puede
truncarse por la simple cuestión de la forma jurídica que adopte
una plataforma electoral. En este absurdo desemboca una de las
versiones del revisionismo. Pero no olvidemos que éste en su
conjunto sigue encerrado en el problema de partir de los movimientos
sociales para dirigirlos hacia la revolución, bien a través de las
instituciones burguesas o bien a base de radicalizarlo en
movimientos “de clase y combativos”, en lugar de construir un
movimiento revolucionario independiente. Y es que la dicotomía no
está entre el pacífico sindicalismo institucional o el sindicalismo
“agresivo” y pintado de insurrección… que también
desemboca en las instituciones; sino entre enterrar el potencial
revolucionario del proletariado en uno u otro nicho “de
resistencia” frente a apostar, en consecuencia con el marxismo, por
un proceso consciente de guerra civil revolucionaria dirigida por el
Partido Comunista.
NOTAS:
(1)
Lenin expresaba esta idea en este fragmento de La enfermedad
infantil del “izquierdismo” en el comunismo: “Vuestro
deber consiste en no descender hasta el nivel de las masas, hasta el
nivel de los sectores atrasados de la clase. Esto es indiscutible.
Tenéis el deber de decirles la amarga verdad, de decirles que sus
prejuicios democrático-burgueses y parlamentarios son eso,
prejuicios, pero al mismo tiempo, debéis observar serenamente el
estado real de conciencia y de preparación de la clase entera (y no
sólo de su vanguardia comunista), de toda la masa trabajadora entera
(y no sólo de sus individuos avanzados).
Aunque
no fuesen "millones" y "legiones", sino una
simple minoría bastante importante de obreros industriales, la que
siguiese a los curas católicos, y de obreros agrícolas, la que
siguiera a los terratenientes y campesinos ricos (Gross-bauern),
podría asegurarse ya sin dudar que el parlamentarismo en Alemania no
había caducado todavía políticamente, que la participación en las
elecciones parlamentarias y la lucha en la tribuna parlamentaria es
obligatoria para el partido del proletariado revolucionario,
precisamente para educar a los elementos atrasados de su clase,
precisamente para despertar e ilustrar a la masa
aldeana analfabeta, ignorante y embrutecida. Mientras no tengáis
fuerza para disolver el parlamento burgués y cualquiera otra
institución reaccionaria, estáis obligados a trabajar en el
interior de dichas instituciones, precisamente porque hay todavía en
ellas obreros idiotizados por el clero y por la vida en los rincones
más perdidos del campo.”
Alejandro
B.
Revolución
Proletaria
Enero
2015