Editado el número 1 de REVOLUCIÓN PROLETARIA. Tras el número 0 que publicamos en septiembre de 2011 continuamos la andadura de este órgano de expresión comunista editado con el objeto de generar y poder desarrollar debate, crítica y autocrítica en torno a la ideología proletaria en las filas del movimiento comunista.
Los contenidos de este número son:
- EDITORIAL: ¡SER CONSECUENTES CON EL COMUNISMO!
- LA "ENFERMEDAD INFANTIL" Y EL CRETINISMO PARLAMENTARIO
- ¡BOICOT AL 20-N! (OCTAVILLA ELECCIONES GENERALES)
- SINDICALISMO E INSURRECCIONALISMO
- LA ÚNICA ALTERNATIVA REALISTA (OCTAVILLA HUELGA GENERAL)
- LA REVOLUCIÓN PROLETARIA Y EL REVISIONISMO DE JRUSCHOV (EXTRACTO DE UN ARTÍCULO DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA, DE 1964)
EDITORIAL ¡SER CONSECUENTES CON EL COMUNISMO!
En los últimos años el movimiento comunista parece que empieza a coger oxígeno tras la debacle del Muro de Berlín. Cada vez más organizaciones se reclaman del marxismo-leninismo y, sobretodo, las organizaciones juveniles empiezan a interesarse por las cuestiones ideológicas, las cuales fueron aparcadas por la mayoría del MCI durante la primera oleada de la Revolución Proletaria Mundial iniciada con la Revolución de Octubre.
La ideología se daba por sentada, como asumida por una militancia proletaria que engrosaba un amplio movimiento de masas que incidía en la realidad social de tal modo que las cuestiones ideológicas quedaban en segundo plano o pendientes de la sección nacional del proletariado que en cada momento se hallase a la vanguardia del proletariado internacional (los bolcheviques primero, luego los comunistas chinos). Todo esto conformó al militante comunista de los Estados imperialistas como un abnegado luchador entregado a cada frente espontáneo que se habría ante nuestra clase. Sin embargo la buena voluntad de estos camaradas que nos precedieron y de algunos con los que aún batallamos codo con codo contra el capital, no sirvió para evitar que el revisionismo se empoderase del movimiento comunista y lo llevase por los derroteros sindicalistas, electoralistas, y en definitiva, reformistas en los que se haya ahora. A pesar de que los jóvenes militantes vamos dando pasos hacia adelante en cuanto a ideología, las direcciones revisionistas y todo su entramado burocrático y organicista sigue atenazando el desarrollo del proletariado revolucionario y sigue enmarañándolo, defenestrando los principios del comunismo con etapas intermedias entre el imperialismo y el socialismo, con la concepción sindicalista del Partido Comunista y con el frentismo interclasista. Y todo ello anclado en su desprecio y su crítica destructiva del estudio y la puesta apunto de la ideología revolucionaria, del comunismo como teoría de vanguardia, que se expone en nuestro día a día, ese desprecio, limitando la labor de la clase organizada a una supuesta “práctica revolucionaria” y a un “trabajo de masas” consistente en hacer pegadas de carteles, en ir a la rastra de cada manifestación espontánea, en repartir panfletos o en recoger firmas en una fábrica o un barrio obrero obteniendo los mismos resultados que pueden tener unos ecologistas o unos anti-taurinos.
Pero esto no es práctica revolucionaria, esto es practicismo economicista del cual el proletariado no puede extraer nada más que miseria. El viejo modelo de militante comunista desentendido de la ideología y envuelto en el espontaneísmo fue, por las condiciones objetivas y subjetivas, necesario en el anterior período de la RPM. Ahora, con el bagaje de lucha que acumula nuestra clase y con las tareas de reconstitución ideológica que tenemos sobre la mesa, hemos de ser consecuentes con lo que nos impone el momento y romper con el viejo paradigma organizativo y militante. Sin perder de vista al resto de nuestra clase, lo que toca a la vanguardia comunista es recomponer al sujeto revolucionario consciente y proyectarlo ante los aplastados por el capitalismo como el único referente posible para incidir revolucionariamente sobre la realidad.
Abril de 2012
Estado Español
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