lunes, 15 de octubre de 2012

La tarea de la Constitución Partidaria del Proletariado


¿Existe Partido Comunista en el actual Estado
Español?

Aunque parezca una pregunta con obvia respuesta, esta pregunta no está lo suficientemente reflexionada y meditada en nuestra época y en nuestro Estado.        
Todos los que se hacen llamar a sí mismos marxistas-leninistas, pensándolo rápidamente contestarán no. Pero, y aunque su intuición no les falle, responder rápidamente no les acercará ni un ápice a la realidad, y menos a su objetivo final: la superación de la existencia de clases y división social del trabajo dentro de la Humanidad.
No sólo basta con responder con preguntas sencillas, como si de un examen tipo test se tratará. Un verdadero revolucionario tendrá que ir más allá, tendrá que buscar de entre esas preguntas sencillas, otras más complejas y aprender a resolverlas sin miedo a quedar atrapado en los esquemas que le impone su pensamiento, esquemas burgueses por otra parte.
Muchos camaradas sabrán ir más allá, cogerán de verdad lo que otros ya expusieron, pero no sabrán aplicarlo a la realidad actual. Otros simplemente no sabrán comprender bien que significa ese aprendizaje legado que llamamos teoría y otros habiéndolo comprendido no habrán analizado todavía las experiencias del proletariado aún sin sintetizar para mejorar y hacer verdaderamente revolucionaria esta teoría de emancipación. Esto ocurre cuando los camaradas exponen que para crear las condiciones de la existencia del Partido Comunista hace falta desarrollar destacamentos de vanguardia del proletariado. Tesis que en sí es correcta, pero que puede ser manipulada de todas todas. Porque entonces las preguntas siguientes que se hace el camarada son: ¿qué es ser vanguardia? y ¿cómo se es vanguardia?
Y efectivamente la primera pregunta suele tener una fácil respuesta, vanguardia es todo aquel destacamento que consigue guiar en la lucha al proletariado debido a su demostrada capacidad para ello, y por tanto, el proletariado sabiendo que está siendo guiado por ellos conseguirá mejores resultados.
La segunda pregunta puede no ser tan efectiva como una tercera no siempre formulada, pero que contiene el matiz de la segunda y otros muchos más matices. Esta pregunta sería: ¿hacia dónde? O sea, ¿vale con ser vanguardia en cualquier dirección? Si se es vanguardia se debe guiar al proletariado en alguna dirección, y aunque todos puedan tener en su voluntad la de guiarlo hacia la emancipación, no todos han meditado sobre el camino hacia ella.
Algunos destacamentos actuales guiaron efectivamente a sectores estudiantiles en las luchas de Bolonia, otros incluso en la lucha del 15-M, en la lucha de los mineros, o en cualquier otro ejemplo de lucha sindicalista. Podemos exponer que consciente o inconscientemente fueron luchas para conseguir que los objetivos de estos movimientos fueran más efectivos o incluso más radicales para poder tener una mayor acumulación de fuerzas. Estos destacamentos son lo que llamamos vanguardia práctica del proletariado.
Pero aparte de las efímeras y escasas victorias de estos movimientos, que nos llenan el corazón pero no siempre la razón,  ¿qué consiguieron estos movimientos y, por tanto, estos destacamentos que iban guiando?
¿Es el proletariado actual, más revolucionario que antes? ¿Tiene en su cabeza la necesidad inminente del asalto al poder? ¿Tiene la necesidad de implantar su dictadura revolucionaria? O incluso, ¿se mantuvo esa acumulación de fuerzas con el tiempo o se perdió rápidamente?
Estas preguntas tienen respuestas obvias cuyo tiempo no merece gastar en una respuesta simple. Es, por tanto, que iremos más allá. Analicemos.
¿Tenemos una respuesta meditada que dar al proletariado para demostrar que nuestro objetivo es realmente efectivo y que siguiendo nuestro plan llegará al lugar prometido? Y lo más importante ¿tenemos nosotros un plan detallado que corrija las insuficiencias (cada vez menos grandes conforme avanza nuestra capacidad de análisis y que proceden de la siempre limitada capacidad del conocimiento del ser humano) del comunismo a lo largo de su historia y nos lleve a un lugar donde no podamos ser otra vez derrotados de la manera en que ya lo hizo la burguesía? ¿tenemos un plan que nos haga escapar de esta rutina sindicalista y que no llega a enlazar al proletariado en la vía revolucionaria en la que se ha colocado el comunismo y se demuestra ineficaz?
Las derrotas son siempre internas, son muestra de la debilidad interna de un movimiento. Pueden, efectivamente, ser catalizadas externamente. Pero toda derrota reside en la incapacidad de enfrentamiento frente al enemigo debido a una incapacidad interna.
              La lucha del ser humano, el único ser con capacidad de raciocinio, es la lucha por conocer la realidad, por conocer la naturaleza y por conocerse a sí mismo como ser social. El conocimiento evoluciona, la acumulación de experiencias que nos permitan un avance y la acumulación de síntesis de tales experiencias enriquece cada vez más nuestra lucha y nos da mayores herramientas de enfrentamiento. Hoy somos mejores que ayer, pero somos incapaces frente al nosotros del mañana.
Con el comunismo, como teoría social de emancipación de la Humanidad, ocurre lo mismo. Siempre será limitado, pues no se escapa de la capacidad de conocimiento del ser humano, no viene dada por ningún ente divino que nos expone la Verdad Absoluta.
Y está visto que el comunismo actual ha fallado como ideología, pues no ha sabido dar respuesta estable (debido a la siempre limitación de nuestro conocimiento) y no la sabe dar ahora (más cuando se encuentra en el callejón sin salida del sindicalismo que no mira más allá de sus pies) a las tareas del proletariado para la consecución de esa nueva etapa social llamada Comunismo.

¿Qué nos toca hacer ahora?

Nos toca revitalizar nuestro ideario, actualizarlo, darle nueva forma para que consiga superar lo que de falso se ha demostrado en él. Nos toca repasar la gran y rica experiencia que surge desde que el proletariado toma las riendas del Estado por primera vez hasta que el proletariado es vencido, no sólo políticamente sino ideológicamente, y ver los éxitos y los fracasos de nuestra concepción del mundo. Analizar cualquier matiz que nos permita en el futuro no caer en la misma piedra.
Nos toca ahora poner énfasis en el estudio de la teoría, para poder reelaborarla de manera que con las experiencias pasadas, no tomadas en consideración de una manera efectivamente científica, podamos dar una respuesta, con las herramientas actuales, al proletariado para la comprensión de la necesidad de su emancipación y que le garantice poder avanzar de una manera certera con el conocimiento que actualmente acumula o puede acumular la Humanidad.
No hace falta estrellarse mil veces para darse cuenta de la necesidad de frenar antes de una curva, con una vez que ocurra y la suficiente meditación sobre el hecho seremos capaces de no estrellarnos. Podemos después de haber efectuado este conocimiento darnos cuenta de que si se acelera mientras se sale de la curva el coche reaccionará mejor y, además de evitarnos un eventual accidente, nos proporcionará una mayor velocidad al salir de la curva. Y no hace falta que tengamos que experimentarlo personalmente, con que nos avise alguien de lo que ocurre, sabremos más o menos manejar la situación. Pero hay quien se obstina en no tomar ninguna advertencia y no frena en la curva nunca, a la espera de salir airoso alguna vez. Otros, sin embargo, toman advertencias que se han demostrado como erróneas o peligrosas, pero no quieren ver tal peligro, achacándolo a factores externos, como que había demasiada agua en la carretera. Pues bien señores, se trata de analizar bien nuestra conducción y nuestros factores externos para que no haya ningún accidente, o haya los mínimos posibles.
Se trata de reconstituir toda nuestra visión del mundo para dirigir al proletariado hacia un movimiento de masas verdaderamente revolucionario.

¿Cómo llegamos a este  movimiento revolucionario?

La pregunta también puede ser formulada así ¿cómo llegamos a la constitución efectiva del Partido Comunista?
Si entendemos al Partido Comunista como la suma de organizaciones de todo tipo que actúan como un Partido Comunista de Nuevo Tipo, es decir, de una manera efectivamente revolucionaria, y que, por tanto, apliquen en la realidad la dictadura del proletariado o estén en capacidad real e inminente para su aplicación, y además, entendemos al Movimiento Comunista como la unidad dialéctica entre el movimiento obrero y la vanguardia proletaria, entonces ¿debe la crisis económica del capital generar la lucha de clases revolucionaria entre el proletariado y la burguesía o es la  lucha de clases del proletariado quien deba generar la crisis política del capital?
 La respuesta que responda como válida a la primera pregunta no tendrá en cuenta las innumerables crisis económicas del capital a lo largo de la historia en todos los países y la ineficacia del proletariado en todas esas ocasiones para generar su toma del poder. Sin embargo, la historia demuestra que sólo cuando el proletariado es capaz de generar crisis políticas al capital, cuando verdaderamente está pertrechado con las herramientas necesarias para acometer la revolución, entonces es cuando puede ejercer su dictadura revolucionaria de clase a través de sus bases de apoyo, incluso cuando el capital no se encuentra en una de sus crisis económicas, aunque este caso es más favorable, porque genera mayor inestabilidad política a la burguesía, tampoco es condición indispensable. Sólo cuando hablamos de esta capacidad real es cuando hablamos de una efectiva praxis revolucionaria.
Entonces, ¿qué herramientas necesita el proletariado para poder acometer sus labores revolucionarias?
El proletariado necesita estar convencido de su emancipación como clase y de las tareas concretas para su realización. Pero sólo cuando exista un Programa verdaderamente revolucionario este le empujará a entender cual es su vocación histórica. Pero, ¿quién elabora su programa?
Su programa es elaborado por todo un movimiento de líderes del proletariado capaces de convertir la cosmovisión total del comunismo en una serie de consignas revolucionarias que enlacen en la práctica al proletariado con estos destacamentos de vanguardia práctica. Pero, ¿quién elabora esa nueva cosmovisión? ¿Proviene del cielo? ¿Es la cosmovisión legada de los grandes líderes teóricos del comunismo o necesita una reelaboración que elimine todo lo que hay de falso debido a sus limitaciones históricas y nos permita comprender mejor las conclusiones universales y desechar las prácticas que llevan a "salirnos de la curva"?
Los grandes fallos del pasado provienen de las causas internas de esa cosmovisión que se fueron propagando por todo el Movimiento Comunista y lo fueron descomponiendo debido a la incapacidad de reparar sobre ellos.
Por tanto, lo que parece necesario desarrollar actualmente es la actualización revolucionaria de la ideología comunista. Lo cual parece posible sólo entre los destacamentos de la vanguardia ideológica del proletariado, aquellos que han comprendido esta necesidad y priorizan su trabajo en el desarrollo ideológico del proletariado para pertrecharlo y conseguir explicar los errores en la aplicación del Comunismo. Errores que sólo pueden surgir de esta concepción del mundo.
Mientras desarrollan esta lucha, deben también mantener esfuerzos en ganarse para esta causa a los líderes o sectores de vanguardia práctica del proletariado, convencerlos de esta necesidad actual.
En este primer período necesitarán establecer el armazón, el corpus teórico, del Comunismo, comprender las Leyes Generales de la sociedad. Y sólo cuando haya acabado esta labor inconmensurable, necesaria e inevitable, entonces podremos pasar a otra nueva etapa.
La gran labor de Lenin, y todo el conjunto de grandes teóricos de su época, en este sentido en el período de finales de siglo XIX y principios del XX es un ejemplo de la capacidad del proletariado, y de sus sectores más avanzados en este caso, para acometer esta labor. Sin esta tarea no hubiera sido posible la gran ofensiva que realizó el proletariado desde 1914.
Una vez alcanzado esto, la siguiente etapa que se nos vendrá encima será la de generar una cosmovisión totalizadora del Comunismo, darle al armazón forma de edificio. Hacer que el comunismo inunde todos los aspectos de un nuevo pensamiento liberalizador, eliminándolo de toda influencia burguesa, tanto como nuestro período nos lo permite.
Ahora se podrá empezar a desarrollar una línea de masas revolucionaria, que permita ir creciendo a esa suma de organizaciones e ir elevando las organizaciones más atrasadas a niveles cada vez más conscientes. Es cuando se empieza a forjar una unidad dialéctica entre la vanguardia ideológica y la vanguardia práctica del proletariado. Unidad que sólo se puede desarrollar a través de la lucha ideológica y política más encarnizada.
La organización que dará lugar al Partido Comunista, movimiento revolucionario, será cada vez más tangible, más presente en la sociedad, aunque todavía será incapaz de convencer a las masas proletarias hacia una respuesta revolucionaria porque todavía no se está en la capacidad de darles las consignas necesarias para ello.
Y es cuando toda la visión de ese sector cada vez más grande se hace más netamente revolucionaria, cuando se desarrolla una visión clara de como realizar la revolución en el aquí y en ahora, y cuando los sectores de vanguardia práctica, por tanto, terminan de entender la grandísima fuerza de los nuevos conocimientos revolucionarios desarrollados, cuando se puede pasar a la última etapa de constitución partidaria.
Cuando la unión entre la vanguardia práctica y la vanguardia ideológica se ha generado, entonces se es capaz de desarrollar consignas a las masas capaces de convencerlas de la inevitabilidad real de la revolución y de cómo y cuando efectuarla. Aquí es cuando se desarrolla el Programa Revolucionario.
Las masas, cada vez más revolucionarias, se van encuadrando en aquella suma de organizaciones que dará lugar al Partido Comunista. Y cuando esta suma de organizaciones sea tan fuerte que sea capaz de tomar en sus manos el poder político, cuando el proletariado ejerza su dictadura revolucionaria a través de las bases de apoyo del proletariado, entones es cuando podremos decir que existe efectivamente un Partido Comunista.
La aplicación de esta nueva forma política de Estado, la del proletariado, convencerá progresivamente a aquellos sectores de las masas que aún no comprendían bien que era eso del comunismo y se acercarán más y más a cualquiera de los niveles que comprende el Partido Comunista.
Entonces el movimiento ideológico y político del Comunismo será una realidad y el proletariado podrá pasar a la ofensiva de nuevo.

¿Qué ocurre actualmente?

Actualmente nos encontramos todavía con otro panorama. La dispersión de lo que llamamos Movimiento Comunista Español no es sino producto de la diversidad ideológica de los distintos destacamentos prácticos o teóricos del proletariado. Estas visiones antagónicas hacen que las fortuitas uniones políticas u organizativas den al traste al cabo de los meses, y con suerte, de los años. No vale con aprender frases adquiridas en un estudio liviano basado en la lectura de algunos libros de los clásicos marxistas, de lo que otros camaradas nos han enseñado en conversaciones de Congresos o de lo que establezcan los documentos de una u otra organización autodenominada comunista.
Es hora de desarrollar un estudio concienzudo que vaya más allá del actual encorsetamiento de lo que conocemos como actual ideología comunista, estudiando no sólo los textos de los clásicos, comprenderlos en su contexto histórico, sino además desarrollar el estudio de las grandes experiencias del proletariado aún sin analizar. Este estudio debe estar lo más ampliamente generalizado, no siendo cercado por un puñado de personas que expongan su verdad, porque sólo de esta manera se puede generar una lucha de posiciones, lucha de dos líneas, que desarrolle lo más rápidamente posible la capacidad de análisis de aquellos sectores que quieren poner a punto la ideología proletaria, los destacamentos de vanguardia teórica. La unión del MCE sólo es posible conforme la necesidad de la Constitución Partidaria entre los distintos destacamentos vaya generando una ideología comunista mucho más solida y homogénea, que no puede estar más que basada en el debate más profundo.
Parece, por tanto, que la tarea actual consiste en la necesidad de actualización y depuración de todo lo que hay de burgués en lo que actualmente se conoce como comunismo. Y esto necesita del esfuerzo de los camaradas en cuanto al desarrollo teórico del Comunismo en la actualidad para comprender las Leyes Generales de la Sociedad (o sea, la realidad material) que nos toca redescubrir con nuestras herramientas (la capacidad siempre subjetiva del análisis humano).

REVOLUCIÓN PROLETARIA 
SEPTIEMBRE 2012

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