miércoles, 21 de enero de 2015

El estrecho camino de la UJCE





A continuación presentamos un artículo que nos ha hecho llegar el camarada Alejandro B., y en el que se retrata la situación política de la UJCE. Coincidimos por entero con el análisis del camarada: la organización juvenil del PCE cabalga entre el reformismo “institucional”, que hace indistinguible su programa de proyectos con más proyección social, Podemos o Ganemos; y una verborrea pretendidamente “radical” pero que no va más allá de su planteamiento general, esto es, entender la reforma como medio de “construir” la revolución.

El estrecho camino de la UJCE

El desarrollo actual de la lucha de clases, con la crisis política que vive el Estado español y con el desembarco de Podemos, está constriñendo hacia la derecha a una organización ya de por sí situada en la derecha más recalcitrante del movimiento comunista en España. Estamos hablando de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), que hasta ahora ha podido hacer convivir en su organización, y a nivel interno, ideas que coquetean con el sindicalismo-insurreccionalismo, entendido muy genéricamente como medio para destruir violentamente el Estado burgués; con una práctica decididamente “parlamentarista” y que coloca a las instituciones en el centro de la actividad política de la organización. La posibilidad de que estas dos ideas convivan nace de que son complementarias, ya que el sindicalismo-insurreccionalista parte de la acumulación pacífica de fuerzas, lo que no viene nada mal para que Izquierda Unida (IU), su herramienta institucional, obtenga apoyo electoral. Y para argumentar ante los jóvenes militantes sobre la necesidad de trabajar por y para las organizaciones que participan del Estado capitalista.

Volviendo al tema de inicio, la urgencia que está viviendo Izquierda Unida en el contexto de crisis política, debido a su implicación en el entramado de la clase dominante, desde los pactos del 78 hasta el gobierno de Andalucía o su implicación en casos de corrupción tan sonados como las tarjetas opacas, provoca que la UJCE necesite -para socorrerla- mostrar su cara más conciliadora con las instituciones burguesas y dependiente de IU y constriña a su militancia más “radical” provocando, en ese sector que pretende conciliar el reformismo con esa suerte de promesa insurreccional, la fuga política, aun sin horizonte concreto.

La estrategia de la UJCE

La situación que describíamos en las primeras líneas del artículo, la crisis política, es observada por la UJCE como la apertura de un “marco de excepcionalidad histórica” que posibilitará pasos decisivos para “la toma del poder”. La crisis que viven los partidos que representan los pactos del 78 -o mejor, la crisis del bipartidismo, como dice la dirección de la UJCE para librar a IU de la quema- y la respuesta de las clases populares hacen que para la UJCE se estén cumpliendo los síntomas de las crisis revolucionarias, es decir; que los de arriba no pueden seguir viviendo como antes y que los de abajo tampoco quieren seguir viviendo como antes. Lo que inocentemente olvidan estos camaradas es que la respuesta de esas clases populares, desde las movilizaciones masivas que hemos vivido los últimos años hasta el proyecto político que representa Podemos, tienen el único objetivo de volver a integrarse en las alianzas del Estado mediante un “nuevo” estado de bienestar. Lo curioso de su inocente olvido es que el trabajo de la UJCE no se está centrando en ganar a esas clases populares para la revolución proletaria sino precisamente en empujarlas hacia ese “nuevo” marco de alianzas estatales. Ahí es donde entra en juego su consigna estrella: “Por una salida social a la crisis”.

La simple mención de estos objetivos no revolucionarios sino de reforma hace que se comprenda por qué hasta Podemos puede tener un papel fundamental para lograrlos. El problema (dentro del esquema de “acumulación de fuerzas” de la UJCE) es que al no disponer de ningún horizonte revolucionario, cada vez más militantes de UJCE -así como del PCE/IU- que se conforman con la dictadura de la burguesía no vean motivo para permanecer en sus organizaciones y pasen a las filas de Podemos.

La plataforma desde la cual pretenden impulsar esa salida social a la crisis es Ganemos, una iniciativa electoral municipalista en la cual participan IU, Equo y círculos municipales de Podemos y que no pone en cuestión el sistema de dominación, sino que realiza el esfuerzo de reengancharse al orden existente. La UJCE está apostando todo en esta plataforma electoral y la actividad de sus militantes se pretende que tenga por núcleo participar en sus asambleas. El papel de la UJCE es -y sin ningún rubor- canalizar los “movimientos sociales” en dicha plataforma. Es decir, la labor de esta organización “marxista-leninista” es pretender encauzar la actividad de la clase en las instituciones burguesas, a través de un “programa mínimo de consenso” sostenido sobre las demandas de aquellos movimientos sociales y que en ningún caso ponen en cuestión las relaciones sociales de clase existente.

En su afán por justificar desde su particular visión del marxismo esta política de reformas, la UJCE plantea, en según qué círculos, que su trabajo es revolucionario porque desde la conquista del “poder institucional” y su unión con el “poder popular” (los movimientos de reforma) se hará una nueva constitución como base para una progresiva “transformación social”. Así la revolución se convierte descaradamente en un proceso gradual de reformas sociales y no en un proceso “gradual” de construcción del movimiento revolucionario sobre unas bases ideológicas y políticas diferentes a las marcadas por el dogma de la democracia y el parlamentarismo burgués.

El trabajo dentro de las instituciones burguesas pasa entonces de ser una manera de hacer ver a un sector de las masas que las instituciones burguesas no pueden atender a sus necesidades vitales (1), a ser la piedra angular desde la cual se abordará el proyecto “revolucionario” ¿Cómo va a conseguir la UJCE extirpar los prejuicios democrático-burgueses de las masas si han calado con incluso mayor eficacia en su propia organización? A lo máximo a lo que puede aspirar (y que dudosamente conseguirá) es a ganar unas elecciones generales y desde ahí llevar a cabo una serie de reformas que poco o nada tienen que ver con la revolucionarización de la humanidad hacia la sociedad sin clases.

La forma jurídica de Ganemos

Uno de los síntomas que muestra los distintos intereses de los participantes en Ganemos es la forma jurídica que va a adoptar con respecto a las elecciones municipales:

Para Podemos, Ganemos es (o puede ser, ya que parece que se empiezan a declinar por la no participación en ella) una marca con la que pueden permitir a sus bases participar en las elecciones municipales sin peligro a que se les escape de las manos una posible participación de los círculos en municipios que no tienen controlados. La forma jurídica por la que apuesta este sector es la agrupación de electores, que se trata de una asociación temporal que se realiza exclusivamente para unas elecciones en concreto y que se disuelve al finalizar éstas. Es decir, que no constituye una organización ni entidad jurídica sino que representa la unión individual de los ciudadanos. El círculo de Ganemos Córdoba ya ha adoptado esta fórmula, tal vez porque los sectores más cercanos a la pequeña burguesía prefieren una participación más individualizada en la política.

Por otro lado, para Izquierda Unida Ganemos es la última esperanza que le puede permitir subirse al carro de Podemos y no desaparecer como tal, por lo que la fórmula que necesita es la coalición electoral, que daría un poco de aire a la formación al seguir permitiendo el disfrute de unas subvenciones, ya que es la otra principal diferencia con respecto a la agrupación de electores. Y, tal vez porque la aristocracia obrera tradicional está más acostumbrada al corporativismo, participando en grupos diferenciados que disputan cotas de poder, Izquierda Unida no participará en Ganemos Córdoba al haber escogido la primera fórmula, ni en ningún otro Ganemos que la adopte. Lo mismo podemos decir en cuanto a la UJCE, que no romperá con Izquierda Unida en caso de que Ganemos adopte la primera fórmula, pese a que la UJCE concibe IU como su herramienta. Y es que aquí es donde se muestra cada vez más quién es la herramienta de quién. Cuando una herramienta no funciona o está acabada, como es el caso de Izquierda Unida, lo lógico es que la UJCE la abandonase en caso de no ser útil para realizar su estrategia en Ganemos. Pero vayamos un poco más allá; ¿En qué le beneficia a la UJCE que IU se implique en Ganemos si lo único que arrastra es desconfianzas y recelos por tantos casos de corrupción en los que se ha visto implicada? Sencillamente en que IU sería el perfecto apoyo dentro de Ganemos para lograr los deseados asientos en los ayuntamientos y disfrutar de los beneficios económicos que eso supone, que parece el fin último de la organización, ya que políticamente no han conseguido ningún resultado, ni para la revolución proletaria ni para defendernos del capital, en las décadas que lleva apalancada en las instituciones burguesas.

Pero volvamos al inicio: resulta que la histórica oportunidad de tumbar el capitalismo puede truncarse por la simple cuestión de la forma jurídica que adopte una plataforma electoral. En este absurdo desemboca una de las versiones del revisionismo. Pero no olvidemos que éste en su conjunto sigue encerrado en el problema de partir de los movimientos sociales para dirigirlos hacia la revolución, bien a través de las instituciones burguesas o bien a base de radicalizarlo en movimientos “de clase y combativos”, en lugar de construir un movimiento revolucionario independiente. Y es que la dicotomía no está entre el pacífico sindicalismo institucional o el sindicalismo “agresivo” y pintado de insurrección… que también desemboca en las instituciones; sino entre enterrar el potencial revolucionario del proletariado en uno u otro nicho “de resistencia” frente a apostar, en consecuencia con el marxismo, por un proceso consciente de guerra civil revolucionaria dirigida por el Partido Comunista.

NOTAS:

(1) Lenin expresaba esta idea en este fragmento de La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo: “Vuestro deber consiste en no descender hasta el nivel de las masas, hasta el nivel de los sectores atrasados de la clase. Esto es indiscutible. Tenéis el deber de decirles la amarga verdad, de decirles que sus prejuicios democrático-burgueses y parlamentarios son eso, prejuicios, pero al mismo tiempo, debéis observar serenamente el estado real de conciencia y de preparación de la clase entera (y no sólo de su vanguardia comunista), de toda la masa trabajadora entera (y no sólo de sus individuos avanzados).

Aunque no fuesen "millones" y "legiones", sino una simple minoría bastante importante de obreros industriales, la que siguiese a los curas católicos, y de obreros agrícolas, la que siguiera a los terratenientes y campesinos ricos (Gross-bauern), podría asegurarse ya sin dudar que el parlamentarismo en Alemania no había caducado todavía políticamente, que la participación en las elecciones parlamentarias y la lucha en la tribuna parlamentaria es obligatoria para el partido del proletariado revolucionario, precisamente para educar a los elementos atrasados de su clase, precisamente para despertar e ilustrar a la masa aldeana analfabeta, ignorante y embrutecida. Mientras no tengáis fuerza para disolver el parlamento burgués y cualquiera otra institución reaccionaria, estáis obligados a trabajar en el interior de dichas instituciones, precisamente porque hay todavía en ellas obreros idiotizados por el clero y por la vida en los rincones más perdidos del campo.

Alejandro B.

Revolución Proletaria

Enero 2015